Cuando era niña no había una imagen que me fascinase tanto como aquella que salía en los informativos de un grupo de personas voluntarias que, subidos a un barco, luchaban por un mundo libre de energías fósiles, la caza de ballenas o la contaminación. ¡Cuántas veces habré soñado con subirme a ese Rainbow Warrior! En mi decimocuarto cumpleaños mis padres permitieron que invirtiese los ahorros en asociarme a esa ONG… ¡menuda emoción! Era ¡lo más importante! que había hecho en la vida. Cada tres meses recibía el boletín de noticias de la asociación que leía y releía a la espera de recibir el siguiente número. Lo que no sabía entonces era que, 30 años después, mi vida laboral siguiese vinculada a esa batalla, con otras herramientas pero un mismo fin: ayudar a conservar la naturaleza a través de la educación ambiental y la lectura verde.
El Centro de Documentación Ambiental Domingo Quiroga es un centro especializado de recursos informativos y documentales que está abierto a toda la ciudadanía en Galicia. Depende del CEIDA, el centro de referencia para la educación ambiental de la Comunidad Autónoma gallega, una institución con forma de consorcio de la que forman parte la Xunta de Galicia, la Universidade da Coruña y el Ayuntamiento de Oleiros, y que promueve la educación ambiental en todos los sectores sociales, así como el intercambio científico y cultural. Es precisamente en esta localidad donde se encuentra la sede del CEIDA, en un castillo ubicado en un islote de la ría de A Coruña, justo enfrente a la ciudad herculina, rodeado de mar, árboles, aves marinas y sal.
Empecé a trabajar en el Castillo de Santa Cruz como documentalista en el año 2005, y en el 2022 el Ayuntamiento de Oleiros decidió trasladar los fondos a una nueva ubicación: las antiguas caballerizas del Pazo de Lóngora. Mi oficina con vistas al mar se mudó a otro lugar, también especial, rodeado de bosque, comenzando una nueva etapa tan ilusionante o, incluso más, que la primera.
Cabe destacar que el Medio Ambiente es una disciplina transversal, que abarca aspectos muy diversos y heterogéneos. En la naturaleza todo está conectado, somos dependientes e interdependientes, y lo que hacemos en nuestro día a día no debemos ignorarlo. Nuestra alimentación, cómo nos vestimos, nuestras formas de ocio, cómo nos movemos… todo deja una huella en el medio natural. Es por eso que el servicio de documentación ambiental debe de dar respuesta, no solo a un público especializado que busca respuestas a sus necesidades técnicas o profesionales, sino también a una ciudadanía cada vez más preocupada e interesada por cuestiones ambientales. El nuevo emplazamiento tendría que continuar dando servicio a usuarios/as expertos, pero sería necesario dinamizar el centro con nuevas actividades abiertas a toda la ciudadanía.
Así que, ¿cuál es el papel del documentalista en un centro especializado en Medio Ambiente? A continuación, trataré de dar respuesta:
1. Recopilar, organizar y conservar la producción científica y divulgativa de carácter ambiental a nivel gallego, estatal e internacional.
El catálogo es una de las principales herramientas que los profesionales de la documentación tenemos para dar a conocer los fondos bibliográficos disponibles en el centro. De ahí que una parte importante de mi trabajo se centre en seleccionar, adquirir y catalogar los documentos para que los usuarios/as puedan localizarlos fácilmente. Hay que tener en cuenta que entre las características de la documentación ambiental está su rápida obsolescencia, su heterogeneidad, o la dispersión de la información, que unido al boom editorial que está viviendo en este momento, hace que los profesionales tengamos que estar en continua búsqueda y selección de lo más relevante, teniendo en cuenta además los diferentes formatos: monografías, publicaciones periódicas, material audiovisual, recursos electrónicos y, por supuesto, literatura gris (informes, trabajos de investigación, memorias, etc.).
2. Satisfacer las demandas de información y documentación de un público muy heterogéneo.
Además de atender el servicio clásico de préstamo (en sala, por correo postal e interbibliotecario), una de las tareas del documentalista especializado en Medio Ambiente es la de dar respuesta a las necesidades de información a través del servicio de asesoramiento y búsqueda documental. Es aquí donde encontramos el verdadero valor del papel del profesional de la documentación, el que acompaña en la búsqueda de recursos de calidad, atendiendo a criterios como la relevancia, la naturaleza de los contenidos, la autoridad, actualización, autenticidad, etc. En este mundo en el que cualquier persona tiene acceso a millones de datos y recursos documentales, no todo vale, por eso es importante conocer las herramientas para identificar y seleccionar documentación veraz y adecuada a las necesidades de nuestros usuarios/as. Puede que “bucear” por los diferentes catálogos, repositorios, bases de datos… y localizar documentos pertinentes sea una de las tareas más complejas, pero las respuestas de gratitud de las personas que reciben la información son de lo más sorprendentes y satisfactorias.
Búsquedas sobre los métodos de medición de la biodiversidad, la restauración de incendios forestales, la gestión de los residuos orgánicos, los usos de las plantas medicinales, métodos naturales de control de plagas en el huerto, la conflictividad social en los espacios naturales protegidos, o recursos didácticos para trabajar diferentes temáticas ambientales, son algunas de las consultas que hemos recibido en los últimos meses.
3. Elaborar diferentes productos informativos.
En muchas ocasiones, los centros de documentación pueden adelantarse a las demandas de información de sus usuarios/as, ofreciendo recursos o productos informativos dirigidos a públicos concretos y con necesidades diferentes. Entre los materiales que elaboramos en el centro de documentación ambiental del CEIDA podemos enumerar el boletín mensual de novedades; el boletín, también mensual, ‘Educar en Verde’, con recomendaciones bibliográficas dirigidas a la comunidad escolar; o diferentes guías de recursos sobre temas específicos como la basura marina, los residuos y el compostaje, el cambio climático, o la literatura infantil y juvenil, entre otros.
4. Cooperar y trabajar en red.
Si hay algo que tenemos claro las personas que trabajamos en el ámbito de las bibliotecas y la documentación es que el trabajo en red y la colaboración es algo que está en nuestra razón de ser. Compartir el trabajo, agilizar los procesos, rentabilizar los recursos, ayudar a otros profesionales, mejorar los servicios… son algunos de los beneficios que supone la cooperación, por eso desde los inicios, el Centro de Documentación Ambiental Domingo Quiroga se adhirió a la Red de Centros de Información y Documentación Ambiental del estado español (RECIDA).
En RECIDA todos los integrantes suman, nos reunimos una vez al año en un seminario donde aprendemos y compartimos experiencias, nos organizamos en grupos de trabajo (en mi caso, formo parte del grupo de clubes de lectura verde y del grupo de redes sociales), llevamos a cabo proyectos comunes, nos preocupamos y nos cuidamos, y es que somos ¡como una gran familia!.
5. Dinamizar actividades de sensibilización ambiental y promoción de la lectura verde.
El papel de las bibliotecas y centros de documentación cambió mucho en las últimas décadas. Ya no son solo espacios de almacenamiento, custodia y organización de la documentación, sino que están llamadas a desempeñar un papel activo en sus comunidades y en la sociedad en general. Para la sección de Medio Ambiente, Sostenibilidad y Bibliotecas (ENSULIB) de la IFLA, “la sostenibilidad es el negocio de las bibliotecas”, una llamada a actuar como modelos, educadoras y facilitadoras en términos de sostenibilidad, apoyando los 17 objetivos de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas (ODS).
Las personas que estamos vinculadas al ámbito de la Educación Ambiental tenemos muy presente esta premisa y, además, sabemos que, en el contexto actual de crisis ecológica, el Medio Ambiente necesita nuevas narrativas que impulsen cambios en la ciudadanía. Para ello contamos con una herramienta poderosa que, en muchas ocasiones, es capaz de remover y emocionar mucho más que los discursos científicos: la literatura.
Si hay algo que me apasiona de mi trabajo desde que nos trasladamos a la nueva ubicación es la dinamización de actividades. Imaginar, buscar, diseñar, crear, programar, poner en marcha… acciones que seduzcan a un público adulto principalmente, es mi día a día, buscando la consolidación de la biblioteca verde como un espacio abierto, de aprendizaje y conocimiento, de promoción de la lectura verde, o como lugar de encuentro. Un verdadero centro de cultura ambiental. Algunas de las actividades de sensibilización ambiental y promoción de la lectura verde que llevamos a cabo son:
- Diálogos naturalistas: espacio de introducción al mundo natural que combina la experiencia personal de un experto/a y los libros que son imprescindibles para maravillarnos con la biodiversidad en sus diferentes ámbitos.
- Talleres literarios: de escritura creativa y poética en torno a la naturaleza.
- Presentaciones de libros, tanto de nuevas voces como de autores/as reconocidos.
- Club de lectura Clorofila: espacio para escuchar e intercambiar ideas en torno a la lectura verde (novela, literatura de naturaleza o ensayo ambientalista).
- Ecomenú literario: actividad de lectura en voz alta y al aire libre que busca acercarse a la naturaleza de una forma diferente. Un espacio para leer, dialogar y reconectar con la naturaleza.
- Cuentacuentos: espacio para disfrutar y atraer al público familiar a la biblioteca verde.
6. Comunicar, comunicar, comunicar.
Al contrario de lo que muchas personas puedan pensar, las competencias profesionales ligadas al personal bibliotecario son muy extensas y, especialmente, tienen relación con la comunicación, la gestión, la información y el uso de las nuevas tecnologías. Es por ello que, además de las tareas de documentación, otra de mis responsabilidades en el CEIDA es la comunicación de las actividades que se desarrollan desde todas las áreas de trabajo. Así, la actualización de la página web, el diseño de carteles, la administración de la lista de distribución, el mantenimiento de las redes sociales, la redacción de notas de prensa… forman también parte de mi rutina de trabajo diaria.
A lo largo de este post he tratado de explicar en qué consiste el papel del documentalista especializado en Medio Ambiente. O más bien el papel de una documentalista con carga extra de dinamizadora y comunicadora ambiental. Un trabajo que combina dos de mis grandes pasiones, la lectura y la naturaleza, en continuo aprendizaje, y que me ha permitido conocer proyectos y personas maravillosas. Gracias Marta por hacerme un hueco en este espacio y permitir que contase mi experiencia.