¿Qué hace un documentalista en la Filmoteca Española?

Placa institucional situada en la fachada del Cine Doré, con los logos del Ministerio de Cultura, el ICAA y Filmoteca Española.

Filmoteca Española es la principal institución pública de gestión y conservación del patrimonio audiovisual en nuestro país. Por hacer una analogía simple, sería al cine lo que la Biblioteca Nacional a los libros. Pertenece al Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales, que es un organismo autónomo integrado en el Ministerio de Cultura. A su vez, Filmoteca Española se subdivide en tres partes:

  • El Cine Doré, convertido desde 1989 en sala permanente de proyecciones de la Filmoteca.
  • El Centro de Conservación y Restauración, cuya actividad principal se centra en la conservación de los originales cinematográficos.
  • El Centro de Investigación, cuya labor es atender las necesidades de toda persona interesada en conocer más acerca del cine español.

El Centro de Investigación

En esta última ubicación es donde, durante este año, tengo la suerte de trabajar. El Centro de Investigación de Filmoteca Española se sitúa en la Calle Magdalena, a medio camino entre Tirso de Molina y Antón Martín. Allí, en el Palacio de Perales, se recogen algunos de los fondos museográficos, bibliográficos y archivísticos más importantes de la historia de nuestro cine. Los materiales son de lo más heterogéneo: artefactos fotográficos de toda clase, discos de vinilo, expedientes, correspondencia manuscrita, guiones de películas, pósters, atrezzo utilizado por los cineastas, etc. Siempre y cuando guarde vinculación con el cine, tiene cabida en sus depósitos.

De estas tres secciones, archivo, museo y biblioteca, yo estoy en la última. Allí tenemos un ingente fondo de monografías y revistas, pero también miles de películas tanto nacionales como extranjeras. ¿Acaso no habíamos dicho que las películas se encuentran en el Centro de Conservación y Restauración? Bien, allí se encargan de trabajar con los originales, materiales de proyección y, en general, todos los soportes fotoquímicos. En Perales tenemos los llamados «formatos domésticos», es decir, VHS, DVD y Blu-Ray. No están destinados a la preservación —lo cual no significa que no se trabaje a destajo en ella—, sino a la consulta de los investigadores. Así es, uno de los servicios de Filmoteca Española es la posibilidad de poder ver películas en sus cabinas de visionado individuales.

El trabajo de bibliotecario catalogador

Mi trabajo consiste, precisamente, en catalogar las películas que llegan a la videoteca, bien sea mediante donación o adquisición. Esto se hace sobre la plataforma Axiell, una herramienta con la que llevan trabajando relativamente poco. Su finalidad es que las secciones de archivo, biblioteca y museo, que tradicionalmente han utilizado aplicaciones diferentes para la gestión documental (AbsysNet, Arcadia, Domus, etc.), funcionen de manera conjunta. Esto aportará, cuando el programa esté plenamente instalado, mayor coherencia tanto al trabajo de los profesionales como a las búsquedas de los usuarios.

Catalogar una película no se diferencia demasiado de catalogar cualquier otro material, más allá de las particularidades intrínsecas de cada uno. Lo fundamental es tener clara una normalización, y en base a ella desarrollar guías de trabajo inquebrantables. Quizá ese será uno de los mayores aprendizajes que me lleve de Filmoteca Española. Allí rige la exhaustividad en la catalogación, así como la normalización —mediante tesauros y catálogos de autoridades— de todos los términos susceptibles de participar en una búsqueda. Cualquier profesional del sector sabrá reconocer lo mucho que facilita el trabajo contar con una terminología normalizada, por más engorrosa que pueda resultar su creación.

Para catalogar una película, lo que hago es registrar en tres tipos de ficha todos los datos posibles. En primer lugar, se registra la obra audiovisual, es decir, la película original con sus datos de origen —idioma original, tamaño de la pantalla, formato original, etc.—. Después, se registra lo que se llamaría «manifestación», en este caso la versión doméstica de la película; extrapolado a libros una vez más, estaríamos hablando de la edición. Si entendemos por «obra audiovisual» una película estrenada por Disney en el año 2000, la «manifestación» sería el DVD comercializado por Buenavista International en el año 2005. Por último, se registra cada copia de una misma edición, asignándoles una signatura por número currens, discriminando simplemente si son videocasetes o videodiscos.

Otra de las tareas asignadas a mi puesto es la atención al usuario en la sala de consulta de la biblioteca, aunque habitualmente se encargan de ello otros compañeros. En cualquier caso, esta atención es muy puntual pues el volumen de usuarios es relativamente bajo. Digo relativamente, pues como biblioteca especializada, quien acude a ella acostumbra a tener unas necesidades concretas que, en ocasiones, solo un profesional puede satisfacer.

En definitiva, Filmoteca Española es una institución digna de conocer, con unos fondos muy interesantes para trabajar. La particularidad del trabajo que allí se realiza es enriquecedor para el profesional, pues amplía los horizontes de conocimiento previamente adquiridos. Y por qué no decirlo, manipular materiales tan diversos y especiales es gratamente estimulante.